30.6.10

Proceso de beatificación

Los santos son hombres y mujeres propuestos por la Iglesia para ser imitados, venerados y para ser invocados universalmente, pero para ganar dicho reconocimiento se debe seguir un proceso riguroso que examina con detenimiento si vale la pena otorgar el título de santo.

Para entender dicho proceso, primero debemos aclarar algunos conceptos. Por ejemplo, la canonización, que a groso modo es un decreto concerniendo la veneración eclesiástica pública de un individuo.
Hay tres pasos en el proceso de canonización:
  1. Venerable: Es el título por el cual se reconoce que un fallecido vivió virtudes heroicas.
  2. Beato: Además de las virtudes heroicas, se requiere un milagro que debe ser probado a través de una instrucción canónica especial compuesta por médicos y teólogos. El milagro no será necesario si a la persona se le reconoce la condición de mártir.
  3. Santo: Con la canonización, el beato se convierte en santo. Para la canonización hace falta otro milagro ocurrido después de su beatificación. El milagro también deberá ser verificado del mismo modo que en el paso anterior

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