26.11.10

Misión Continental

   La Misión Continental. compromiso surgido de Aparecida, no es un ejercicio misionero aislado sino una opción misionera que pretende renovar la comunidad eclesial en su conjunto. 

   Es un envió, ("misión") personal y eclesial que el Señor Jesús hace a todos y cada uno en la Iglesia para que, animados por el Espíritu Santo, compartamos el Evangelio con cada persona, especialmente con los que se han alejado de la comunidad de la Iglesia, que también ofreceremos respetuosamente a no creyentes, a quienes se confiesan agnósticos y ateos. 

   Cuando hablamos de misión Continental nos referimos a un proceso misionero, que puede tener varios años de duración y que, a partir de un encuentro personal y comunitario con el Señor Jesús, se propone poner a toda la Iglesia y a todos en la Iglesia en un estado permanente de misión.

Objetivos de la Misión

La propuesta de la Misión Continental presenta los siguientes objetivos:
  • Promover una profunda conversión personal y pastoral de todos los agentes pastorales y evangelizadores, para que, con actitud de discípulos, todos podamos recomenzar desde Cristo una vida nueva en el Espíritu.

  • Fomentar una formación kerigmática, integral y permanente que, siguiendo las orientaciones de Aparecida, impulse una espiritualidad de la acción misionera, teniendo como eje la vida plena en Jesucristo.

  • Hacer que las comunidades, organizaciones, asociaciones y movimientos eclesiales se pongan en estado de misión permanente, a fin de llegar hasta los sectores más alejados de la Iglesia y a los indiferentes y no creyentes.

  • Destacar en todo momento que la Vida plena en Cristo es una actitud y un servicio que se ofrece a la sociedad y a las personas que la componen para que puedan crecer y superar sus dolores y conflictos con un profundo sentido de humanidad.


El triptico de Aparecida y de la Misión Continental

   El Papa Benedicto XVI regaló a los Obispos que participaron en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, un retablo de arte cuzqueño, pintado a mano por el artista peruano Eduardo Velásquez. Se trata de una verdadera catequesis en imágenes. Una imagen que, acompañará la gran misión continental que toda la Iglesia llevará adelante en América.

   Cada detalle del triptico está lleno de belleza y simbolismo, siendo la tónica de todo el conjunto, fundamentalmente bíblica. Esta forma de presentar “el Evangelio” es muy antigua en la Iglesia. Ya desde el s. XV circulaba la llamada “Biblia Pauperum” o “Biblia de los pobres” que era una edición popular de textos bíblicos acompañados con muchas imágenes que iban enseñando sobre los misterios de la vida del Señor.

   La hermosa obra –abierta– posee tres cuerpos: en el centro, una gran imagen de Jesús resucitado y sobre ella una pequeña pintura del Padre y el Espíritu Santo. La columna de la izquierda está encabezada por Santo Toribio de Mogrovejo; la escena de las bodas de Caná; el encuentro de Jesús con sus primeros discípulos y el milagro de la multiplicación de los panes. La columna derecha en su esquina superior presenta a Santa Rosa de Lima; el encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús; la venida del Espíritu Santo a los apóstoles en Pentecostés y san Juan Diego evangelizando. El retablo cerrado muestra a la izquierda el escudo papal y una dedicatoria que dice “Sean discípulos y misioneros de Jesucristo. Para que vuestros pueblos tengan vida en Él, Benedicto XVI, Aparecida 13 de mayo de 2007”. Y en su parte derecha, la imagen de nuestra Señora Aparecida. Todo él expresa el contenido teológico y programa pastoral de la V Conferencia. Así el conjunto del tríptico desarrolla el lema del encuentro: “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida’ (Jn 14,6)”.



   El Tríptico llegó de visita a nuestra parroquia
el pasado fin de semana y estará con nosotros un tiempo
para que podamos rezar a la luz de las imágenes. 
¡Acercate a conocerlo!

0 comentarios:

Publicar un comentario