3.8.12

Día del Sacerdote

El pueblo de Dios siente la necesidad de presbíteros-discípulos: que tengan una profunda experiencia de Dios, configurados con el corazón del Buen Pastor, dóciles a las mociones del Espíritu, que se nutran de la Palabra de Dios, de la Eucaristía y de la oración; de presbíteros misioneros: movidos por la caridad pastoral, que los leve a cuidar del rebaño a ellos confiados y a buscar a los más alejados predicando la Palabra de Dios… de presbíteros-servidores de la vida: que estén atentos a las necesidades de los más pobres, comprometidos en la defensa de los derechos de los más débiles y promotores de la cultura de la solidaridad. También de presbíteros llenos de misericordia, disponibles para administrar el sacramento de la reconciliación…” (Documento de Aparecida 138).

El 4 de Agosto, Fiesta de San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, se celebra el día del Sacerdote. 
Elevemos nuestra oración, a Dios Padre, para que cada sacerdote pueda encontrar –en esa fiel imagen de Cristo que fue San Juan María Vianney– el modelo e intercesor que necesita. También lo necesita el Obispo, a quién le está encomendado ser Pastor de los párrocos Pastores. Son tareas que exceden la medida de las fuerzas humanas. Pero nuestra fe y nuestra esperanza nos hacen capaces de seguir el camino, repitiendo las palabras de San Pablo: “Todo lo puedo en aquel que me conforta”. 

Les damos un saludo muy especial a nuestros sacerdotes Manuel y Miled y también a todos aquellos sacerdotes que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida de fe.

A todos ellos:
¡Muchas Gracias!
y nuestras oraciones.

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